El campo de concentración de Sachsenhausen mantuvo unas instalaciones externas en el lago de Falkensee entre los años 1943 y 1945. En nueve barracas de piedra se alojaban entre 1.600 y 2.500 prisioneros en su mayoría de Francia, Polonia, la Unión Soviética y Noruega. Bajo condiciones inhumanas estos prisioneros debían trabajar para la fábrica de armamento DEMAG y en la estación de carga Grunewald. En 1995, se inauguró el parque histórico de Falkensee: las placas en los restos de los cimientos proporcionan información acerca de los antiguos edificios y sus funciones.