El tráfico mercantil y postal entre ambas partes de la ciudad fue controlado en el paso fronterizo de la calle Heinrich-Heine-Strasse. Por esta razón, este fue uno de los pasos de mayor extensión. Además, los ciudadanos de la República Federal de Alemania podían utilizar este paso fronterizo para viajar a Berlín Oriental. El terreno situado al oeste de la calle Heinrich-Heine-Strasse, que hoy se utiliza para la compraventa de automóviles, formó parte del paso fronterizo hasta 1990.
El 18 de abril de 1962, tres habitantes de Berlín Oriental intentaron romper por la fuerza las barreras levadizas del punto de control utilizando para ello un camión. El chofer del vehículo, Klaus Brüske, aún herido por las balas de los guardas fronterizos, logró conducir el camión hasta el territorio de Berlín Occidental, donde murió. Sus acompañantes sufrieron en parte lesiones graves.
Para impedir que tal intento se repitiera, el paso fronterizo fue asegurado con una barrera adicional en forma de slalom. No obstante, el 26 de diciembre de 1965, dos hombres de Berlín Oeste y dos mujeres de Berlín Este emprendieron otro intento de fuga. Las mujeres ocultas en el auto fueron descubiertas. Los soldados fronterizos mataron a Heinz Schöneberger, el conductor del coche de 27 años de edad, cuando intentó huir a pie. Su acompañante de Berlín Oeste y las dos mujeres fueron detenidos.