Centro de mando Schlesischer Busch – De la torre de vigilancia a la torre de arte
A modo de mirador se yergue la torre de vigilancia del antiguo centro de mando Schlesischer Busch en el parque Schlesischer Park junto a la avenida Puschkinallee, en el límite entre los distritos de Kreuzberg y Treptow. Hoy en día, sólo dan testimonio de su anterior importancia dentro del sistema fronterizo las aspilleras y el foco en el techo transitable de la torre.
Desde el centro de mando, de una altura de unos diez metros y una planta de 4,2 por 4,2 metros, se controlaban las 18 torres de vigilancia y las instalaciones electrónicas de seguridad de este segmento de la frontera. La torre, de base cuadrada, está construida de elementos prefabricados de hormigón y dispone de cuatro plantas. Su estructura y función corresponde a la centrol de mando Kieler Eck, también protegida como monumento. La planta zócalo, empotrada en la tierra, contenía las instalaciones técnicas y las líneas telefónicas de conexión con las torres de vigilancia circundantes. En la planta baja se encontraban la entrada, un baño y una celda de arresto. En el primer piso se situaba la sala de descanso del oficial comandante y de los tres soldados de guardia. El segundo piso servía de puesto de observación, con grandes ventanas panorámicas que permitían una vista hacia los cuatro costados. Asimismo, aquí se encontraba el panel de mando eléctrico para controlar las instalaciones fronterizas, así como el interruptor del foco en el techo. Entre las diferentes plantas se encuentran empinadas escaleras de hierro y escotillones. Las aspilleras que se pueden cerrar con postigos de hierro, en la planta media, muestran que las centrales de mando no eran torres de vigilancia desarrolladas especialmente para la frontera interalemana. Puesto que en esta planta se encontraba únicamente la sala de descanso de los soldados fronterizos, las aspilleras carecían de función. Una versión para explicar esto es que se trataba de un modelo de torre de vigilancia desarrollado originalmente para el aseguramiento de la frontera soviético-china, y que después se construyeron las centrales de mando en la frontera de Berlín de acuerdo a este modelo. Otra hipótesis dice que estas aspilleras debían darles a las torres de vigilancia un aspecto especialmente belicoso.
La conservación del edificio y de su equipamiento interior se debe al empeño del ex Museo de Arte Prohibido, que ya antes de la supresión oficial de los controles fronterizos el 1 de julio de 1990, buscó vías para conservar la torre de vigilancia. Ésta se encuentra protegida como monumento desde 1992 y fue rehabilitada cuidadosamente en 2004, respetando todas las normas de protección de monumentos. Estas medidas de conservación, financiadas por la Agencia Federal del Trabajo, el Estado Federado de Berlín y el ayuntamiento del distrito de Treptow-Köpenick, no pretendían restablecer el estado de la construcción nueva sino reconstruir y conservar la situación del edificio tal como había evolucionado durante varias décadas. Se repararon los daños por vandalismo, se borraron los grafitis, se rehabilitaron los elementos de defensa, se corrigieron los imperfectos en la superficie de hormigón y se alisó el enlucido existente con material auténtico. En el interior, se repitió la última mano de pintura original. Hoy, la vecina institución Flutgraben e.V. presenta aquí una exposición permanente sobre la historia del lugar y exposiones cambiantes de arte.
Al norte de la avenida Puschkinallee se conserva un trozo de muro de placas de la antigua frontera, hoy cubierto de grafitis. Este “muro”, edificado de elementos de hormigón entre soportes de hormigón armado en forma de H, servía para asegurar la zona anterior a la instalación fronteriza. La valla de planchas se encuentra protegida como monumento desde 2005 y se sigue utilizando hoy para delimitar el terreno de la fábrica colindante.